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El viacrucis economico - social del socialismo (todos) bolivariano; una tragedia de 11 años.

Durante más de 11 años, el país ha sido sometido un proceso continuo y sistémico de destrucción, de instituciones democráticas, del mercado, de la empresa privada, del capital humano, de las libertades individuales, de los derechos de propiedad, en otras palabras del capitalismo.

Ese proceso de destrucción, que en la práctica se expresa como un viacrucis de ruina, trae en sus entrañas, aunque promulgado en leyes, decretos y jurisprudencia en el Tribunal Supremo de Justicia.

Es el esquema autoritario en lo económico y en lo político del socialismo, del único socialismo, independiente de la propaganda que lo adorne, -el venezolano es bolivariano del siglo XXI- el que destruye la propiedad privada y sus derechos, y el que ha sido signado por la historia como un marco socioeconómico de ruina económica y social, de individuos dependientes no se voluntad y riqueza

personal sino del Estado, dueño absoluto de los mecanismos de generar riqueza.

Así se crean individuos dependientes sobre todo de las prerrogativas y privilegios de una casta social -nomenclatura- compuesta por las agrupaciones políticas y mercantiles que controlan el poder.

La revolución es su leí motiv, es el mecanismo mediante el cual, esos grupos de intereses, políticos y mercantiles detentan el poder sobre las instituciones y la vida de los ciudadanos.

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domingo, 24 de enero de 2010

El BCV quema reservas: una operacion suicida

QUEMANDO RESERVAS…….EL JUEGO DEL GATO Y EL RATON DEL BCV
Alexander Guerrero E ( )


Porque ocurre una devaluación?. Aunque la explicación es esencialmente técnica, para comprender ese fenómeno, sin embargo, no es necesario ningún grado en Economía. Instintos afinados hacen comprender porque una devaluación en Venezuela, un país donde el dueño de los dólares por exportación de petróleo es el gobierno, al mismo tiempo un entorno institucional donde el Banco Central es dependiente del fisco, imprime dinero para financiar el déficit fiscal, y donde las divisas adquiridas por el BCV provienen de PDVSA una empresa –petrolera- estatal sujeta a un régimen legal que administra la explotación de yacimientos petroleros fiscales.
La sujeción del BCV a la política fiscal esta en la Ley del BCV, se realizo bajo las últimas dos reformas de su Ley; de manera que devaluar para obtener bolívares para financiar el déficit fiscal es consustancial a la armadura institucional del BCV. Ello convierte al bolívar –la moneda- en una especie de unidad de cuenta. Acá una especificidad. Quien le vende los dólares al BCV es PDVSA, empresa cuyo dueño es el fisco. PDVSA recibe esos bolívares con los cuales cancela al fisco royalties, impuestos, dividendos, etc. Visto así, queda claro que la razón para extraer mas bolívares por cada dólar –devaluación- es netamente fiscal; es decir, el gobierno recurre a la magia de la devaluación para obtener más bolívares por cada. Así el gobierno busca tapar el hueco fiscal con bolívares, que por esa razón cada día tienen menor poder de compra.
Es fácil intuir, sin mayores complicaciones los incentivos de una de una devaluación del bolívar, habrá más bolívares para sostener el gasto fiscal, al costo de mayor inflación en la calle. De esta manera habrán más bolívares por dólar, el fisco para hacerse con más bolívares por menos dólares (devaluados) manipula la paridad cambiaria, aumenta el número de bolívares por cada dólar que el BCV vende, impactando los precios en la economía, el resultado neto: el bolívar vale menos, se requieren más para comprar lo mismo. Extendiendo el argumento y entrando en una explicación en la economía política, se concluye que el gobierno se financia también con la inflación, la gente pondrá los bolívares, el poder de compra del salario real y los ahorros cae, para que el gobierno tenga los bolívares para su gasto; los políticos aseguran así, tener los bolívares para continuar la farra, ineficiencia y derroche.
Esta última devaluación es la cuarta que el Presidente Chávez le impone al bolívar desde que tomo el poder en 1999. Con el bolívar él ha hecho más o menos lo que ha querido, y digo querido, porque él le impone a sus decisiones en políticas su sello personal, la AN ha legislado bajo su pedido, sin que medien más explicaciones que sus mandatos como Comandante en jefe de la Economía y otras cosas. Así, devaluó al bolívar en más de 600% , de 534 por dólar donde lo encontró en 1999 hasta hoy de un sistema con tres precios; a saber, 2.6, 4.3 Bs/$ y otro mucho mayor en el mercado paralelo –permuta- , a sabiendas que el más interesado en mantenerlo alto allí es el mismo gobierno. Acotemos que el gobierno creó el paralelo por ley, y diseño los mecanismos algo heterodoxos de arbitraje donde la gente compra los dólares que no vende ni CADIVI ni el BCV. El objetivo fiscal de esa Ley cambiaria era crear un esquema financiero discrecional para la emisión de deuda pública en moneda nacional o en dólares.
La discrecionalidad monetaria, una manera de acabar con el llamado poder monetario que emergía del proceso constituyente del 99, ha llegado a tanto que entre gallos y media noche, la AN ha reformado la ley del BCV en tres oportunidades, desde la aprobación de la ley del BCV en el 2000. Las cosas han ido sin límites hasta el paroxismo fantasioso de crear una nueva moneda, eliminando tres ceros (eso se conoce como indexación monetaria) al la cual el gobierno denomino Bolívar Fuerte, una especie de esquema político para comprar incautos en su mercado político, pero también en otros mercados. Pero que la realidad mas rica que la fantasía, ha vuelto añicos el poder de compra de ese Bolívar Fuerte, que desde luego, en dos años ha perdido esa fuerza ficticia, para tener hoy apenas la mitad del valor de hace año y medio. En otras palabras si hace dos anos un bolívar compraba una arepa, hoy apenas paga la mitad de la arepa.
Cuando leemos los números de inflación, en realidad ello significa que los precios suben y suben, y el salario y los ingresos se deprecian, el gobierno aprovechando el dominio político sobre el BCV y la propiedad sobre PDVSA, busca a todo evento asegurarse con la mayor cantidad de bolívares que el fisco tiene en su agenda como gasto publico. No hay nada más fácil que fabricar moneda sin valor que dominar las prensas del BCV, para ellos se requiere que la autoridad monetaria no lo sea más, convertido como hoy sin independencia y autonomía en una especie de banco de desarrollo.
Desde luego que la historia no termina allí, en la calle, la gente no se comió el cuento del Bolívar Fuerte, y para adquirir los dólares lo hacen a través del mecanismo creado por el mismo gobierno en la Ley cambiaria. Recordemos que este mecanismo conocido como “permuta” fue diseñado para que el gobierno pudiera emitiera deuda pública a discreción en bolívares y/o dólares. Así ah sido. Por ejemplo, en el 2009 se emitieron más de 17 mil millones de dólares en bonos públicos. A eso la gente le llamo dólar permuta, o paralelo como se le conoce más amigablemente. Allí el precio del dólar es casi tres veces el precio del dólar “barato” que las empresas del Estado y el gobierno disfrutan, ahora a un cambio de 2.60 Bs/$, que en los hechos la discrecionalidad sobre ese mandato podría hacer que la devaluación se acerque al 100%!!, por lo que en ese régimen cambiario, con esos diferenciales depreda los reales del venezolano, trabajador, empresario, etc.
La depredación alcanzo su clímax hace dos semanas, cuando el BCV, su directorio, con la ilusión de atrapar el cambio en el paralelo, comenzó a quemar reservas internacionales, en una operación monetaria suicida, y sin mayor sentido económico y financiero, un juego del gato y el ratón. Así, cada vez que el dólar paralelo sube el BCV interviene con bonos a 4.85, con una prima que lo lleva a 5,35 Bs /$, más cerca del “paralelo”, con lo cual ocurre cualquier cosa menos que detener el alza del paralelo, en un juego donde el BCV juega un juego pierde-pierde. De hecho en el mercado paralelo opera una conocida profecía, que a todo evento se auto cumple. La presión inflacionaria no se detendrá, porque los precios se marcaran en alza, es decir el precio de reposición, con lo cual la demanda caerá aun más y la economía intensificara su contracción.
Cada dólar que el BCV coloca en el mercado por debajo del precio en el paralelo induce una baja en la tasa, se convierte en un mango bajito, porque los agentes en ese mercado paralelo y el público en general sacan las cuentas que en gobierno y en el BCV no sacan por razones muy curiosas. Cada dólar en el mercado paralelo subastado por el BCV induce una venta rápida de dólares a menores precio, claro está, para adquirir los bolívares con los cuales les compran al BCV esos subastados dólares. El problema central está en que como no hay libertad cambiaria la tasa de cambio está sujeta a los riesgos, a las malas políticas y a la expectativa de mayor inflación, porque es conocimiento de la opinión pública que en la medida que el Estado crezca los problemas fiscales serán más severos, ese es el síndrome de los huevos de las serpientes.
EL BCV así hace el ridículo en política monetaria, porque el mercado observa y alimenta que lo que está haciendo el BCV es quemar reservas, y si el Directorio del BCV no lo sabe, será más ignorancia y complicidad con la vena especuladora cambiaria que esos dólares no regresan al BCV sino que se van hacia el mercado internacional, y que solo los petroleros son los que ingresan, un escenario nada envidiable para el BCV y el fisco. El BCV estaría así, entregando dólares por debajo de su valor real en el mercado, sin que para ello tenga alguna teoría o política monetaria sensata que permita los dos objetivos normales que perdió en el camino cuando fue mutilada su independencia.
Así, a saber, en primer lugar, proteger el valor real del bolívar manteniendo una firme política antiinflacionaria, la que pasaría desde luego por evitar las transferencias de reservas internacionales del BVCV a FONDEN, sin esterilizar los bolívares que por esas reservas se pagaron, basado en un artificio contable que no puede esconder la realidad monetaria que trae la presión inflacionaria que se siente en las calle. Y en segundo lugar, no financiar el gasto, público, las reformas últimas de la ley del BCV crearon un buen número de recovecos para financiar el gasto público. Sabemos por teoría y por realidad económica y social que todas esas perversidades institucionales son la fuente de la fuerte presión inflacionaria de estas semanas. El camino a la hiperinflación está servido, acotemos que la hiperinflación en Venezuela es de dos dígitos grandes.